La lectura es uno de los instrumentos básicos para el progreso de
la humanidad; de ahí que ocupe un lugar tan destacado entre las actividades
escolares encaminadas al perfeccionamiento del idioma. Pero que también tiene que ver
con la realidad del sujeto, para que surja el interés del mismo por acercarse a
la lectura y el conocimiento, porque cuando la lectura esta distante de esta
realidad resulta muy difícil para el alumno llegar a una lectura de comprensión
que lo lleve al descubrimiento de las ciencias.
La lectura se refiere a la
serie de habilidades que un individuo aplica, a partir de experiencias previas,
para el logro de una lectura ágil y correcta, entendiéndose con esto la
imprescindible comprensión del texto en su totalidad. Es necesario que el
lector incorpore las relaciones que existen entre diferentes elementos
contenidos en un texto, como la puntuación, el significado contextual, el
conocimiento sobre el tema, el uso del vocabulario, la inferencia de
situaciones referenciales, la anticipación de significados e identificación de
términos con mayor carga significativa, la relación de concordancia entre los
términos y la estructura propia de la lengua.
La lectura es una actividad intelectual que favorece el desarrollo
de la capacidad de comprensión e implica, también, una actitud convencional.
El hombre que lee piensa. A
través de la lectura se logra los niveles de conocimiento, como el análisis, la
interpretación y la reflexión. Por lo que la estrategia ha de adecuarse al contenido
de un campo del saber.
La lectura
es la puerta hacia mundos extraordinarios, ordinarios, recónditos y cercanos,
es la posibilidad de vivir y revivir en otros y en uno mismo la aventura de la
vida. La lectura permite compartir experiencias, para aprender uno de otros, y
con ello proyectar en común, y así enriquecer extraordinariamente el intelecto,
puesto que vincula los pensamientos con los de otros seres humanos.
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